Las recientes declaraciones del Presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, sobre la imposición de aranceles al acero, aluminio y otros productos provenientes de México, han provocado incertidumbre en el sector aduanal y en el público en general, acerca de qué significan los aranceles y cómo otras decisiones podrían afectar la operación aduanal en el futuro.
El comercio internacional es un ecosistema dinámico donde los cambios en regulaciones y tarifas pueden impactar de manera directa o indirecta en la operación de empresas y agencias aduanales. Aunque la reciente imposición de aranceles por parte de Estados Unidos a productos provenientes de México no modifica la Tarifa de Importación y Exportación en nuestro país, es un recordatorio claro de que la adaptación y la flexibilidad en los sistemas para agencias aduanales son fundamentales para afrontar cualquier cambio.
Si bien estos nuevos aranceles son recaudados por Estados Unidos y no afectan los procedimientos aduanales mexicanos en el corto plazo, podrían generar efectos colaterales en la forma en que las empresas estructuran sus operaciones.
Cambios en los volúmenes de exportación, ajustes en la logística internacional y reestructuración de estrategias comerciales pueden requerir modificaciones en los sistemas de gestión aduanal utilizados en México.
Por ejemplo, las empresas exportadoras podrían buscar nuevos mercados o modificar sus rutas comerciales para minimizar costos, lo que impactaría en la forma en que operan las agencias aduanales. Esto haría necesario contar con sistemas tecnológicos que faciliten una rápida reconfiguración de datos.
El futuro del comercio internacional siempre está sujeto a modificaciones normativas, acuerdos bilaterales y ajustes económicos. En este contexto, las empresas que desarrollamos software para la gestión aduanal debemos priorizar la escalabilidad y flexibilidad en sus soluciones.
En conclusión, el impacto de medidas como los nuevos aranceles estadounidenses en los sistemas, soluciones y ERP para agencias aduanales en México puede no ser inmediato, pero refleja la constante evolución del comercio internacional. Las empresas deben estar preparadas para reaccionar ante cualquier ajuste en normativas globales, asegurándose de contar con sistemas tecnológicos robustos y adaptables. La clave para el éxito en este entorno es la capacidad de respuesta y la previsión, elementos que solo pueden garantizarse con una infraestructura digital eficiente y flexible.